Francisco Javier Muñoz

Mi nombre es Francisco Javier Muñoz González, nací en Ensenada, Baja California y me encanta la aviación, los aviones, las alturas, la literatura, los viajes y la buena mesa. Me gusta sentir la libertad del vuelo y la emoción de conocer ciudades y países nuevos. He viajado por Europa, África, Norte y Centro América.

Soy Perito Traductor e Interprete. Actualmente curso la Maestría en Gestión Ejecutiva Internacional en la IBERO Tijuana. Los personajes, escenas, historias, poemas y narrativa de mis escritos, son producto de mi imaginación, experiencia, viajes internacionales y personas que conozco. Me gusta la literatura clásica, la poesía y la novela negra.

Vivo en San Diego, California. Mi vida es binacional y bicultural. Tengo dos hijas, Dhamar que es sobrecargo e Irlanda que es universitaria. 

QUE APRENDÍ EN LA VIDA

La vida es larga y no es corta

Larga, por penas y desengaños

Corta, pero eterna, efímera y fugaz

Aferrarse al deseo ayuda a vivir

Esperar concretas visiones.

La vida se siente con pasiones.

La vida es belleza.

La vida es placer.

Solo derrochar melancolía, mata

Solo sonreír, aviva el sentir

Frenesí

 Imperceptible mi amor ardía

ya que mis sentimientos voceo:

¿acaso tocarte puedo, musa mía?

Si no es que tenerte, yo deseo.

Bruma que a mis sentidos confundes,

despertar de pasiones terrenales.

Sincero amor espero abundes

a mis muchos sentires actuales.

Preso asido a tus pasiones,

desenfreno de visiones mías,

gozo de gritos y emociones

Besos y caricias repetías,

los cuerpos sentían fricciones

mientras nuestro amor advenías.

¿Amistad?

¿Hay amistad después del deseo?

No creo, no acierto, no entiendo, no sé.

Sentir el roce de tus pechos y tu mirada incitante

nublan mis sentidos y avivan mis deseos.

Crear una realidad alterna a tu cautiverio

solo excita mi pasión por ti: Me provoca.

El cimbrar de tu cuerpo entregándose a mí

ata mi ventura a tu jadeo sensual.

La vida, la incertidumbre: cubren el gozo.

El torrente de aflicciones: termina el placer.

La realidad, retoma su cauce: pero deja huellas en mi ser.

¿Existe amistad después del deseo? No lo creo.

Distancia

 

 Siente mis latidos por ti.

Piensa en mis emociones.

Sortea las fronteras que son invisibles.

No es la distancia la que nos separa,

es la indiferencia la que nos destierra:

Gravita hacia el torrente de tus sentimientos.

Lo que es tangible, aferra.

Lo que es intangible, es perenne.

Escucha tu ser pidiéndome a gritos.

Libera tu mente de ataduras corpóreas.

Vuela hacia mí, en tu tropelía.

Mis brazos y humanidad, son para ti.

Amor

Conocerte fue un azar del destino.

Buscarte fue algo premeditado.

Coincidir fue concertado.

Sentirnos fue algo clandestino.

Muerte

El final no era bello.

Tenía esa frialdad.

Era solo un destello:

Contemplaba solo maldad.

 Vida

Efímera luz que iluminas mi ser.

Destello de armonía, en el atardecer.

Busco atraparte, pero evades captura.

Tarde entiendo, tu buenaventura.

CUENTOS

EL CHOQUE

Veo mi vida pasar mientras da vueltas mi carro después del impacto. Mi loca carrera por ganarle al otro vehículo solo contrasta con la estupidez que acabo de cometer.

Vi de reojo al otro vehículo impactarse contra la media y al conductor salir proyectado al pavimento.

Pierdo la conciencia por un momento y al abrir los ojos solo puedo ver con el izquierdo, pues un líquido que de seguro es sangre cubre mi ojo derecho. El olor a gasolina, polvo y aceite inunda el ambiente. No me puedo mover y por alguna razón no puedo hablar. Me falta el aire y el sol se está apagando, siento calor. ¿Por qué se nubla el día? No entiendo y tampoco escucho ¿Qué me pasa? Se pone todo negro y ………………

Central, central ZX, solicito una ambulancia, bomberos y una grúa a la altura de la Plaza Río, por la vía rápida. Accidente vehicular, dos carros y dos lesionados. También solicito el agente del ministerio público y el SEMEFO. Hay dos cuerpos sin vida.

Hoy no nos vamos temprano de aquí. Aunque ambos conductores ya pasaron a mejor vida. Qué jóvenes e irresponsables, como de costumbre la velocidad y además he aquí el cuerpo del delito, botellas rotas de alcohol. La vida no es cola de gallo, no retoña.

Si Alejandra tan solo hubiese tomado el taxi o el Uber, esta tragedia no hubiese sucedido. Su cuerpo estaba prensado entre los fierros retorcidos y el otro muchacho yacía en el pavimento en una postura grotesca y con los sesos de fuera. Lo bueno que el policía estaba poniendo una manta sobre el cadáver.

LIENZO EN BLANCO

Eran las tres de la tarde y Beatriz no aparecía por ningún lado. Su llamada había sido inusual, por el tono de voz y su solicitud de vernos en la playa.

El océano azul que terminaba en una oleada en la playa no presagiaba nada hasta el momento. Las escasas nubes que cubrían el sol, con su color pálido, hacían más críptico el momento.

Llevaba ya media hora sentado en la banca mirando el mar y solo el bullicio lejano de la gente me hacían compañía, al igual que dos gaviotas pintas que revoloteaban y de vez en cuando se posaban sobre la playa.

El teléfono tenía carga y tres barritas de cobertura, pero no sonaba, ya me había enfadado de leer noticias y mensajes viejos.

No la escuché cuando llegó por detrás y tapó mis ojos, al tiempo que murmuraba en mi oído tenuemente: te amo y guarda este momento en tu mente para siempre.

Sabía que era ella por el olor de su perfume, que abrazaba su piel y expedía su esencia.

Cuando abrí los ojos seguía mirando el mar y su inmensidad, y al voltear a buscarla no la encontré, me paré y caminé al estacionamiento para ver si su carro estaba ahí.

Beatriz no acudió a su propia cita y no volví saber de ella hasta seis meses después, y esto mediante un correo que me envió diciéndome que se había ido a vivir a Lisboa y como sabía que yo no quería separarme de ella, decidió romper nuestra relación por los dos y abrir sus alas al destino.

Aquel día era mi subconsciente el que me había hecho una jugarreta; al dormirme, mientras la esperaba y me hacía creer lo que yo quería escuchar de ella. Me retiré como había llegado, en blanco y sin tener certeza.

Han pasado años y aún la recuerdo, pero su acción sirvió para templar mi carácter y hacerme más precavido en mis sentimientos. Creo que al final, ella sabía que era lo mejor para ambos y a mí solo me tomó más tiempo entenderlo.